Apenas tres años después de la publicación de su anterior trabajo, los
alemanes Rammstein han aprovechado la pandemia para dar rienda suelta a su
creatividad y ofrecernos su octavo disco de estudio.
La llegada de Zeit se produce en un momento especial, ya que este mes se han
cumplido 20 años del lanzamiento de su aclamado Mutter y ésta ha sido la mejor celebración posible. El sexteto berlinés nos
deja una auténtica obra maestra con la que parecen decirnos adiós. Tras casi
tres décadas de trayectoria parecen llegar al final del camino y si ese
momento hubiera llegado, no podrían haber puesto una guinda más perfecta a su
pastel.
Zeit supone un cambio importante con respecto a su antecesor, ya que mientras
su disco sin título apostaba por un estilo más directo y simple, este nuevo
esfuerzo nos sumerge en un mundo mucho más depresivo y oscuro. Con Zeit han
recuperado esa epicidad presente en alguno de sus temas más recordados gracias
a melodías listas para ser convertidas en himnos en los directos y una labor
vocal extraordinaria de un Till Lindemann que parece haber alcanzado su máximo
nivel. Para sorpresa de nadie, los pesados riffs de guitarra y la contundencia
de Christoph Schneider en la batería volverán una vez más a poner a prueba
nuestras cabezas. Han conseguido crear una atmósfera perfecta en la que nos
adentraremos para no salir, degustando este compacto una y otra vez. A
medida que avanza la escucha iremos encontrándonos con momentos que nos
llevarán a tiempos pasados de la banda y lejos de parecer un simple reciclaje,
da la impresión que era exactamente lo que buscaban. El sublime single "Zeit"
que da título al álbum es sin duda el tema en el que más tintes aparecerán de
antiguas baladas del grupo. "Meine Tränen", "Adieu" o la citada "Zeit" nos
dejarán al borde del llanto mientras que "Zick, Zack", "OK" y "Dicke Titten"
conseguirán sacarnos una sonrisa como solo Rammstein sabe hacer. Su lado más
pesado y agresivo se muestra en el último single "Angst", una potente pieza en
la que Lindemann añade guturales a su repertorio.
La temática de sus canciones es muy variada haciendo que cada tema sea una
nueva historia por descubrir: desde los abusos de una madre a su hijo en
"Meine Tränen", a la crítica ácida a la obsesión por mantenerse jóvenes con
operaciones estéticas de dudoso gusto en "Zick Zack", o lo que parece ser un
duro reproche a los "músicos" que basan su éxito en la sobreexplotación del
autotune en "Lügen". No debemos obviar el cierre de Zeit con "Adieu", una
taciturna pista con la que aparentan despedirse de sus seguidores en varios
idiomas: "Adieu, goodbye, Auf Wiedersehen".
En mi opinión, Zeit podría ser lo mejor que hemos visto de Rammstein. Un
trabajo lleno de emociones, momentos épicos, baladas rompedoras y esa esencia
dura y pesada que nos han mostrado durante tantos y tantos años. Solo nos
queda desear que no sea lo último que podamos escuchar de esta legendaria
banda, pero de confirmarse su despedida lo harían en lo más alto. Estamos ante
una obra casi perfecta, por lo que mi valoración final no puede ser menos de
9,75.
Os dejo con "Angst", último single que hoy ha visto la luz:
A comienzos del pasado mes de febrero, Korn publicaba su decimocuarto
disco de estudio. Requiem llegaba después de la pandemia,
dándoles tiempo a poder madurar su sonido y experimentar juntos para encontrar
una nueva dimensión en su música.
Los californianos llevan casi 30 años en la cima y después de algunos bandazos
dados durante su trayectoria, parece que han vuelto al buen camino los últimos
años. Siguen demostrando hambre en sus composiciones y en Requiem no
faltará nada de lo que les hizo grandes. Después de la oscuridad que nos
encontrábamos en The Nothing, Jonathan Davis nos enseña una faceta algo
más positiva dejándonos entrever un claro avance en su proceso de curación
psicológica luego del fallecimiento de su esposa en 2018.
Requiem es un álbum corto compuesto por 9 canciones que apenas supera
la media hora. La característica voz de Jonathan Davis y los contundentes y
pegadizos riffs de guitarra de "Head" y "Munky" nos harán disfrutar de
principio a fin. Aunque como en cada esfuerzo de los pioneros del nu-metal,
nada sería igual sin el bajo de "Fieldy" y es que pesar de que se había
anunciado meses antes de la publicación del disco que el bajista se tomaría un
tiempo fuera de la banda, sus pistas de bajo han sido incluidas en
Requiem. El último compacto de Korn nos trae momentos memorables como
los estribillos melódicos de "Disconnect" o "Let the Dark do the Rest", el
perturbador y pesado riff de "Lost in the Grandeur" o el regreso del scat de
Davis en el tema "Worst is on Its Way".
Korn están muy vivos y siguen brindando material de calidad. Aunque todos sus
miembros hayan superado ya los 50 años, mantienen el nivel con
Requiem y dejan clara su intención de persistir en lo más alto del
género. Está claro que pese a sus detractores, la banda de Bakersfield se ha
ganado una plaza en la historia del metal y solo nos queda desear que aguanten
en este escalón por mucho tiempo. Mi valoración del álbum es de 8,5.
Es posible que si hablamos de William Miller, la mayoría le reconozca por su
exitosa y dilatada carrera de más de dos décadas como actor gracias a su
trabajo en diversas series, películas y obras de teatro. Pero los aficionados
al rock le conoceremos también por su incansable dedicación a la música, ya
que lleva subiéndose a los escenarios desde que era un adolescente. He tenido
la oportunidad de charlar con William, quien acompañado del batería de L.A.
Vamps y Rage Rising Álvaro Tudela, repasará con nosotros su trayectoria
musical así como el presente y el futuro de L.A. Vamps entre otras cosas.
Comenzamos hablando de tu llegada a España, cuando todavía eras un niño.
WM: Nací en Inglaterra y al año de nacer me llevaron para Estados
Unidos, de donde era mi padre. Me crie allí durante cinco años y luego nos
vinimos a España por negocios de mi padre. Primero vivimos en Barcelona y
posteriormente en Tarragona, donde todavía vive mi madre. Mi padre falleció
cuando yo era muy joven, mi madre se casó con un neozelandés estupendo y yo me
mudé a Madrid, donde estuve viviendo durante 24 años. Los últimos cinco años
he estado viajando por todo el mundo: España, Los Ángeles, Canadá, México...
Con motivo de la pandemia se volvió menos necesario estar presente por temas
laborales, los castings comenzaron a realizarse grabados y regresé a mi pueblo
para estar cerca de mis padres y cuidarles. Aproveché también para reunirme
con personas con las que había tocado en mi infancia y con otra gente a la que
admiraba mucho por aquella época. Así nació L.A. Vamps.
Cuéntanos como han sido tus inicios en la musica.
WM: Vengo de Salou, un pueblo de la Costa Dorada. Nosotros éramos muy
jóvenes para poder ir a los bares y no había sitios donde pusieran lo que nos
gustaba, así que entre los pocos que nos gustaba el rock en la escuela
decidimos hacer una banda. A mí me tocó cantar porque era el único que sabía
hablar inglés. Desde un inicio dábamos conciertos aunque solo fueran de cinco
canciones. Tuvimos a gente que nos apoyó, que más tarde abrirían locales y nos
seguirían metiendo de músicos. Acabamos de dar un concierto en Zaragoza con
Rage Rising y el que nos echaba el humo con la máquina era la persona que nos
dio nuestro primer concierto cuando yo tenía 15 años. Esto siempre ha sido un
proyecto muy estrecho de amistades.
¿Cuáles han sido tus primeras influencias?
WM: Cuando iba al cole me llevaba un walkman con música que me daba mi
madre con básicamente tres grupos: los Beatles, los Rolling Stones y los Beach
Boys. A medida que fui desarrollando mis gustos musicales llegaron Nirvana,
Soundgarden, Iron Maiden, Black Sabbath, Helloween, pero me identificaba más
con la disconformidad de las letras del grunge salido de Seattle o de algunos
grupos de Detroit o Los Ángeles. Era un movimiento muy insatisfecho con la
sociedad de esa época, con letras muy comprometidas con la situación actual.
Algunas eran más metafóricas como Alice in Chains o Nirvana y otras más
directas como podía ser Pearl Jam o más tarde Rage Against the Machine.
Has estudiado arqueología, historia y arte dramático. ¿Tienes además alguna
formación musical?
WM: No, no tengo. Abogo porque uno se forme siempre y me arrepiento de
no haberla tenido. He estado rodeado de muy buenos músicos que me ayudaban a
levantar las estructuras que tenía en la cabeza. Aprendí a tocar la guitarra
de oído y lo sigo haciendo. Soy de los que piensa que la música es matemática,
por lo que a veces te encierra demasiado en cánones y no te da la libertad de
disfrutar el viaje y transmitir emociones a través del sonido.
Al descubrir L.A. Vamps me encontré con un vídeo en el que interpretáis
canciones de varios grupos diferentes y me quedé sorprendido por tu
habilidad de cambiar tu voz para adaptarte a cada uno de los vocalistas. ¿No
has recibido tampoco clases de canto?
WM: No.
AT: ¡Pero casi que mejor! Jaja. No sería lo mismo.
WM: A ver, como actor me he formado mucho y nos enseñan a usar la voz
en el arte dramático. Las primeras clases de voz que hice en la escuela me
suspendían, aunque era por otros motivos que tenían poco que ver con la
calidad jaja. Al empezar a cantar intentaba imitar a los cantantes que me
gustaban, tardé mucho en encontrar mi voz y diría que no la encontré hasta que
empecé a cantar en castellano porque me obligó a buscarme a mí. Ahora sé cual
es, aunque en los proyectos de L.A. Vamps y Rage Rising aplico la
interpretación al canto. Con mayor o menor éxito, intento acercarme todo lo
posible a las voces de los cantantes de los temas que hacemos.
AT: El Carlos Latre de la música jajaja.
WM: Un Tu Cara Me Suena constante jajaja.
Estuviste en Deniro entre 2010 y 2013. ¿Formaste parte de algún proyecto
hasta comenzar con L.A. Vamps?
WM: Deniro se rompió cuando tuve que irme fuera a buscarme la vida y
tras hablar entre nosotros decidimos por unanimidad que David de Evohé, un
cantante excelente al que yo había recomendado, ocupara mi lugar como
vocalista. Nano, un músico con mucho carácter, siguió adelante con el
proyecto. Cuando me fui fue una bofetada muy grande, ya que estaba en una
banda de mucho nivel con gente a la que veía muy bien posicionada. En un
primer momento la crítica lo recibió de diferentes maneras, una constante era
criticarme por ser actor que quiere ser cantante pero en cuanto averiguaron de
donde venían comenzó a haber otra aceptación. Con el segundo álbum
De Héroes y Gobernantes empezamos a ganarnos nuestro sitio dentro de la
industria del rock en España. Al dejar Deniro me deprimí mucho musicalmente
hablando. Encontrar unos músicos de los que rodearme con los que me llevara
tan bien y que hubiera una infraestructura a mi servicio por los contactos que
tenían todos ellos no lo veía posible. Por ese motivo estuve bastante tiempo
sin hacer nada, excepto un proyecto que monté con Álvaro y con Javier Vila.
Más tarde conocí a Érik López, que tenía un talento bestial pero todavía no
había tenido la oportunidad de probarse en una gran capital como Madrid o
Barcelona. Parte del trabajo de L.A. Vamps ha sido que él se haya pulido y
haya sacado al artista que es para liderar este proyecto, que lo está haciendo
estupendamente. Ayudarle a encontrarse a sí mismo me dio fuerza para volver a
unirme a un proyecto.
En cuanto al proyecto de L.A. Vamps, habéis publicado versiones e incluso
vuestro primer tema propio "Wild Bill". ¿Optaréis por seguir haciendo
versiones o sacaréis un disco con canciones propias?
AT: Tenemos un poco de todo. Ésta es una banda que montamos de forma
improvisada en una barbacoa y con el tiempo la cosa fue tirando para las
versiones porque nos salió un concierto muy rápido y no nos quedó otra que
hacer versiones. Salió muy bien, pero al mismo tiempo no dejamos de componer y
en este momento continuamos en las mismas.
WM: La composición propia llegó a raíz de la pandemia. Al no poder
realizar directos decidimos buscar nuestro propio sonido, pero de una forma
interesante. L.A. Vamps no es solo un proyecto musical, sino uno audiovisual
en toda regla. No tenemos previsto sacar disco, de momento vamos sacando
singles porque si publicas un álbum de 10 temas tendrás dos o tres singles y a
los demás no les darás el tiempo necesario para que lleguen a ser lo que
tienen que ser. Con L.A. Vamps queremos dedicar a cada canción todo el tiempo
necesario para que sea la mejor versión que pueda ser, tanto a nivel musical
como visual y para ello tenemos un equipo muy amplio. Uno de los componentes
fundamentales es Quim Arbiol, que es editor y técnico audiovisual y se ha
convertido en mi socio en la productora Custom Films. Tenemos una visión de la
banda más allá de los cinco músicos que la formamos.
¿Ha sido la música algo secundario para ti o el hecho de haberte ganado la
vida como actor la ha acabado relegando a un segundo plano?
WM: Yo diría que mis primeros pasos como actor han sido en un escenario
como músico. Creo que cada músico al subirse a un escenario está interpretando
un papel, estás actuando por lo que no separo lo uno de lo otro. Sí es cierto
que cantar un tema mío viendo como la gente canta letras mías me llena y me
motiva mucho más que hacer una obra de teatro, una serie o una película en la
que solo soy una parte del engranaje para contar una historia que no es mía.
Como músico soy creador a la vez que actor y performer y me llena muchísimo
más porque estoy desde el principio hasta el final de ese proceso.
A la hora de componer, ¿te desempeñas mejor con el castellano o con el
inglés?
WM: Me siento más cómodo con el inglés, pero con el castellano cada vez
me siento más cómodo y me gustaría jugar más con él. No lo hago porque no me
atrevo tanto, estoy en un país en el que la crítica a veces es deporte
nacional y eso te genera mucha inseguridad. Lo que hice con Deniro en el
segundo disco me hizo sentirme más realizado que haciendo cosas en inglés, ya
que cuando antes componía algo igual no le daba tanta importancia porque sabía
que aquí no lo iban a criticar ni a juzgar tanto. El próximo single de L.A.
Vamps será "Children of the Fire" y es posiblemente la letra más compleja que
he compuesto. Si cantas en castellano la gente se fija en todo y me daba
miedo. Después de Deniro ese miedo ha desaparecido y ahora tengo más ganas de
jugar con el castellano, aunque depende de lo que se pida. En este país el
rock no tiene mucho hueco, por eso lo que estamos haciendo con TVE es muy
importante. Que una serie como Cuéntame, en prime time, nos esté regalando una
ventana al rock es muy bueno no solo para nosotros, sino para el género.
Con el éxito que estáis teniendo, ¿pasaréis a llamaros Mike y Los My
Darlings? Jajaja.
AT: No me jodas jajajaja. Aunque la banda ficticia está guapa.
WM: No, jajaja. A mí me parece un nombre fantástico para la serie pero
Mike y Los My Darlings es un proyecto de L.A. Vamps, una interpretación.
¿Sigues actualmente a algún grupo español de rock o de metal?
WM: Escucho cosas de Vetusta Morla, de Dinero... ¿tú Álvaro?
AT: Yo siempre he sido muy fan de Def Con Dos y de Hamlet a muerte...
WM: Sí, Def con Dos. En Hamlet también tengo amigos. Luego está Sôber,
que han sido muy importantes dentro del movimiento de nuestro género. El
problema es que en cada festival es el mismo cartel que hace 20 años.
AT: Para mí, por ejemplo, Angelus Apatrida son la mejor banda de thrash
metal de Europa. El problema es que son de Albacete y no de Alemania o Estados
Unidos. Se ganan la vida como pueden. Hay mucha gente muy buena.
WM: Aquí las discográficas ni se te acercan a no ser que vean que
tienes una cantidad de seguidores lo suficientemente grande como para que
ellos puedan ganar en venta de entradas a directos. Antes buscaban a grupos
buenos, invertían dinero en levantarlos, te metían en radios o festivales y
ahora al no haber formato físico siguen tirando de los de siempre para que les
aseguren dinero. Eso hace que los carteles de festivales sean siempre los
mismos. Tampoco quiero decir que eso sea malo, yo voy a escucharlos pero nos
vemos ante el peligro de que no haya relevo generacional. No digo que las
discográficas lo hagan a propósito, están en una situación incómoda pero sí
digo que las radios deberían tener otra estructura en la que favorecieran
nueva música ya que sino vamos todos a morir al mismo lugar. La gente no sabe
lo difícil que es que cinco personas se junten para crear música y a eso
debería dársele mucha importancia. Se tiene que volver a valorar la música de
la forma que se valoraba antes.
Acabaremos con la pregunta que siempre suelo hacer a los artistas. Para
ello necesito que me digas tu banda favorita o la que más te haya
influenciado.
WM: Soundgarden.
¿Y un artista?
WM: Chris Cornell. También te podría decir Elvis Presley, hizo lo que
nadie había hecho antes y lo hizo solo, un genio.
Entonces, si tuvieras la opción de cantar con Soundgarden o que Chris
Cornell pudiera cantar contigo tus canciones, ¿qué elegirías?
WM: Que Chris Cornell cantara conmigo mis canciones, desde luego. Soy
muy fan de lo que hizo Chris después de Soundgarden, su carrera en solitario
es magnífica. Me parece una de las voces más cautivadoras que he escuchado en
mi vida, cualquier letra puesta en su boca la hacía trascendental.
Concluimos esta entrevista agradeciendo tanto a William como a Álvaro por su
tiempo y su amabilidad. Os recomiendo ademáis que os paséis por su canal
de Youtube para disfrutar de su música y no perderos sus próximas publicaciones.
Soy Alberto, 35 años. Vivo en una pequeña ciudad gallega. Técnico superior de comercio y marketing dedicado a otros menesteres. Combino en este blog dos de mis pasiones, escribir y el metal.