El pasado mes de octubre salía a la venta el decimoquinto trabajo de Dream Theater. Llega dos años después de Distance Over Time y se convierte en el primer disco grabado en sus propios estudios DTHQ, recién construidos.
Tras más de 35 años de carrera, Dream Theater se ha consagrado como un auténtico referente del metal progresivo. El virtuosismo que desprenden en cada una de sus composiciones hacen que la noticia de un nuevo álbum nos llene de impaciencia y ganas de escuchar lo que se han sacado de la manga los magos norteamericanos. A pesar de ello, publicar discos cada dos años ha podido ir desgastando la originalidad de la banda y sus últimos esfuerzos no han sido tan celebrados como antaño.
A View from the Top of the World está marcado por la pandemia, más aún teniendo en cuenta que el vocalista James LaBrie es canadiense y se vio obligado a reunirse con sus compañeros mediante videollamada. Con este álbum pretenden romper la inercia innovadora marcada por sus predecesores y vuelve a ese sonido más técnico que encandiló a buena parte de sus seguidores. Nos encontramos con un trabajo que no trae nada novedoso y aunque resultaría un sacrilegio catalogar un disco de Dream Theater como flojo, sí debemos puntualizar que se hace largo y repetitivo por momentos. Siete piezas para un total de 70 minutos que acaban cayendo intermitentemente en la monotonía. Si antes conseguían hacernos disfrutar con temas de 15 minutos, ahora resulta muy complicado engancharnos a ellos. El "problema" radica en que cada vez que intentaron ofrecer algo nuevo no fue recibido como debería por sus fans más acérrimos, viéndose obligados a repetir la misma fórmula de siempre para contentarles. Con esto no quiero que se me malinterprete y es que A View from the Top of the World es un álbum de altísima calidad, pero la música no considero que se base únicamente en eso. Lo último de Dream Theater no transmite casi nada y aunque el nivel compositivo sea sublime, se les exige mucho más a artistas tan dotados de talento como estos cinco. Es posible que nos hayan malacostumbrado a la excelencia y seamos demasiado duros con ellos cuando publican algo por debajo de su listón, pero en esta ocasión parece que hayan caído en la complacencia.
A View from the Top of the World tiene grandes momentos, pero está lejos de lo que estos genios son capaces de brindar. Mi valoración final es de 7.
Os dejo con "The Alien":
